lunes, 17 de enero de 2011

Historia del skateboard .


Resumir la historia de la globalización del skateboarding (deporte del monopatín, en inglés) no es una tarea fácil. El skateboarding internacional, a pesar de ser una disciplina relativamente joven, es un tema demasiado amplio como para explicarlo en su totalidad en un espacio tan pequeño. Desde aquí, intentaremos explicaros una versión abreviada, aunque al hacerlo obviemos los orígenes del deporte, que se remontan a los años 40 y 50, cuando un desconocido de un lugar olvidado tuvo la idea de clavar las ruedas de un patín a una tabla, descubriendo así la esencia de nuestro deporte favorito. También pasaremos por alto las décadas de los 60 y 70, momentos en que los surferos empezaron a efectuar giros en vertical con las tablas manteniendo solamente las ruedas traseras en el suelo. Aquellos que más vueltas daban eran considerados genios.




El skateboarding que nos importa, el que de verdad nos gusta, es el que se practicaba al límite de la ley y que empezó a estar de moda a final de los años 70. En aquellos momentos un grupo de chavales de la famosa playa californiana de Venice llamados Z-Boys, empezaron a usar sus monopatines en piscinas vacías de casas usadas como segunda residencia (o no).



De todas maneras, encontrar piscinas vacías por las que patinar no era tan fácil. Así pues, los aficionados empezaron a construir rampas verticales para impulsar los skates. Este tipo de skateboarding (el “Vert Skating”) dominó la primera mitad de la década de los años 80. Fue más o menos en ese momento que la cultura del skateboarding se expandió fuera de California, transformándose en un fenómeno global. Como resultado, patinadores de todo el mundo se convirtieron en profesionales para ser la imagen de diversas compañías americanas del sector. A mitad de los 80, el sueco Per Welinderse se unió a la Bones Brigade, teniendo como icono uno de los diseños gráficos del skateboarding más conocidos de la historia. Tras dejar Powell Peralta en 1985, el alemán Claus Grabke se convirtió en patinador profesional de la firma Santa Cruz un año más tarde. Por su parte, Vision Skateboards se hizo con los servicios del neozelandés Lee Ralph. Y el danés Nicky Guerrero se convirtió en uno de los miembros más importantes de la citada Bones Brigade de Powell Peralta.



Esos pioneros del skateboarding internacional mostraron a los chicos de todo el mundo que no hacía falta ser unos rubiales californianos de ojos azules para ser profesionales de este deporte. Pero no eran los únicos que se estaban haciendo un nombre en la escena ya que, al tiempo en que los trucos de estilo libre (que eran una evolución natural de los primitivos giros de los años 70, con una mayor complejidad de ejecución) fueron adaptados por los skaters de la calle, los patinadores internacionales especializados en el Freestyle fundaron sus propias marcas. El genio francés del estilo libre, Pierre André Senizergues, llevó su marca europea de zapatillas de skate, Etnies, a los Estados Unidos donde fundó la empresa Sole Technology, que actualmente fabrica Etnies, Emerica y eS. Más adelante, Senizergues reclutó al mago ingles del Freestyle, Don Brown, para que le ayudara a dirigir la compañía.



El patinaje callejero se convirtió en la forma más popular de skateboarding en los 90 y así se ha mantenido los últimos 15 años. El motivo es simple: todo el mundo puede intentarlo y cualquier sitio vale. No se necesitan ni piscinas, ni rampas, ni parques. Lo imprescindible es una tabla de skateboard decente y una zona en la que abunde el cemento. Así, en los últimos años ha habido una enorme cantidad de skaters de todo el planeta que ha emigrado a California persiguiendo su sueño de convertirse en profesionales del deporte. El brasileño Bob Burnquist, creador de algunos de los trucos más retorcidos de la historia, abrió la puerta a los brasileños y de paso a los sudamericanos, logrando que varios centenares de patinadores hayan seguido sus pasos y ahora vivan de su trabajo como profesionales en los Estados Unidos. Y lo mismo puede decirse de cualquier otro lugar del mundo. Es realmente difícil imaginar que pueda existir algún país del mundo en el que no haya ningún skater, hoy en día. Sin ir más lejos, Austria, hogar de Red Bull, nos ha dado recientemente al gran Chris Pfanner. Inglaterra nos ha dado más skaters de los que se pueden contar, así como las icónicas compañías del sector Flip y Blueprint. Otro país en el que el skateboarding es, casi, una religión es Australia. Por su parte la firma 5Boro Skateboards, de Nueva York, conoce la importancia de contar con skaters internacionales profesionales y, por ello, cuentan en su plantilla con 2 japonenses y un italiano. Y así podríamos seguir durante días.



Durante los últimos 30 años, el deporte del monopatín ha crecido desde un nivel primitivo y local hasta ser todo una disciplina de masas internacional y la aceptación que ha tenido en todas partes ha sido, sencillamente, sorprendente. En Estados Unidos, el skateboarding es más popular entre chicos de 8 a 14 años que el deporte nacional por excelencia, el beisbol. La popularidad de que goza puede ser atribuida a la globalización. Ahora más que nunca, los equipos que participan en torneos de skateboard cuentan con patinadores de todas las razas y nacionalidades

 
Una muy buena pelicula que ilustra este tema y que os recomiendo es la realizada por Stacy Peralta uno de los miembros del equipo Z-Boys . La pelicula se llama Los amos de Dogtomw .